La mañana aún no había despertado. Y creo que iba a estar perezosa durante todo el día, ya que los nubarrones de la tormenta no iban a dejarnos ver el sol durante toda esta jornada. No sé ni cuánto tiempo hace que no me paso por mi antiguo establecimiento. Meses han pasado desde la última vez que guardé las sillas de la terraza y recogí asi un poco por encima, pensando que al día siguiente iba a volver a abrir. Y mírame. Parado aquí frente al cierre, con mi paraguas en ristre y apurando lo que queda del cigarrillo. Es posible que hasta incluso Fernando, mi incombustible y perenne compañero al otro lado de la barra, se haya cansado de venir día tras día y ver las puertas cerradas.
Que simple, que sencillo y que miedo dá ¿verdad? algo que haces a diario, piensas que mañana seguirás con ello y cuando te quieres dar cuenta...el tiempo ha pasado de forma violenta y aquello que hacías a diario, aquello con lo que jugabas, a esa persona que acompañabas, con todo aquello que disfrutabas, sólo queda en tu recuerdo. Ahora que lo tienes delante, te planteas la acometida de otras formas. No sé muy bien cómo serán esas formas, pero va a ser interesante recorrer el camino. De momento, voy a sacar las llaves de la taberna y veamos cómo están las cosas por dentro.
Ha costado levantar el cierre. El
paso del tiempo hace que todo se asiente y resulte más pesado, pero arriba está
por fin. Todo parece estar igual, salvo por la cantidad exagerada de polvo por
todas partes. ¿De dónde coño sale tanto polvo? ¿Y dónde están los ácaros que se
supone que se lo comen?. Si se comieran todo esto, tendría unos ácaros como hipopótamos
revoloteando por aquí. Mejor un poco de bayeta y plumero al canto.
Listo. Por lo menos ha quedado
algo más presentable. Después de algo bien hecho, cigarrito “pal” pecho y de
paso, pruebo a ver si el grifo de la cerveza, aún llora por mis jarras. Y ahí
está…una jarra bien tirada, si la viera Fernando!!. Es hora de ponerme a pensar
y a contar que ha pasado por aquí.
Hace mucho tiempo, en una galaxia
muy muy lejana….
Bueno, tampoco hay que remontarse
tanto ni tan lejos. Todo se puede resumir en una palabra. Tiempo. Hace cinco
años, un servidor y mi querido compañero Fernando, decidimos montar un blog de
videojuegos. Y lo hicimos. Y funciona muy bien. Por aquel entonces yo disponía
de más tiempo para realizar entradas. Tantas como podía, y el gusanillo de la
escritura empezó a ser muy satisfactorio. Me gustaba mucho escribir y no todas
las cosas que se me ocurría contar, encajaba en aquel blog. De ahí que abriera
esta Taberna.
Cuando antes dije que tenía más tiempo, no significa que ahora no lo tenga. Lo tengo para lo que ahora tiene más importancia para mi desde hace tres años (amen del resto de los casi 20 con mi pareja) y no tanto para la escritura. Así de sencillo. No hay un motivo más profundo, siento desilusionarte. No voy a decir que ahora tenga más espacio para dedicarle a esta taberna u otros menesteres blogueros. Abriré el cierre del establecimiento como ahora, cuando tenga ganas de volver a escribir lo que sea y tomarme una jarra de cerveza con vosotros.
Cuando antes dije que tenía más tiempo, no significa que ahora no lo tenga. Lo tengo para lo que ahora tiene más importancia para mi desde hace tres años (amen del resto de los casi 20 con mi pareja) y no tanto para la escritura. Así de sencillo. No hay un motivo más profundo, siento desilusionarte. No voy a decir que ahora tenga más espacio para dedicarle a esta taberna u otros menesteres blogueros. Abriré el cierre del establecimiento como ahora, cuando tenga ganas de volver a escribir lo que sea y tomarme una jarra de cerveza con vosotros.
Antes de que la curiosidad de los
clientes nos interrumpa, voy a hablaros de cómo está mi otro lugar de
escritura, que como en la taberna, escribo cuando buenamente se puede; os voy a
hablar de mi querido Orgullogamer.
En 2011, tanto Fernando como yo,
contábamos con un nutrido grupo de colaboradores. El blog estaba empezando,
estaba arrancando poco a poco, probábamos cosas, experimentábamos con
secciones, le íbamos dando forma sin que nada nos pudiera preocupar, con toda
la libertad del mundo. Ese aspecto continúa a día de hoy, orgullogamer es un
medio donde cada redactor tiene su voz o mejor dicho su palabra sin ningún tipo
de censura por parte de nadie. Y eso es algo que pocos medios pueden decir. En
fin, sigamos. Las cosas iban bien, teníamos un lugar donde hablar de nuestra
afición favorita. Poco a poco, los colaboradores fueron desapareciendo. No lo
digo con resentimiento, ellos lo saben. Y me está pasando lo que a ellos les
pasó. El tiempo hay que dedicarlo a lo importante.
Durante un tiempo, tanto Fernando como yo, continuamos navegando rumbo a lo desconocido con el blog. Nos armamos de valor y tiramos para adelante. Durante un tiempo también...poco a poco fuimos dejando el navío. Pocas eran las veces que zarpábamos. Hasta que finalmente quedó anclado en el muelle de forma indefinida. Bajamos la bandera y nos retiramos a tierra firme. No había tiempo para dedicarle a las aventuras, al pillaje, a la piratería...en fin. Pero un día, se me ocurrió mandar un mensaje en una botella. Un mensaje de auxilio para adecentar el barco y zarpar de nuevo por los siete mares.
Durante un tiempo, tanto Fernando como yo, continuamos navegando rumbo a lo desconocido con el blog. Nos armamos de valor y tiramos para adelante. Durante un tiempo también...poco a poco fuimos dejando el navío. Pocas eran las veces que zarpábamos. Hasta que finalmente quedó anclado en el muelle de forma indefinida. Bajamos la bandera y nos retiramos a tierra firme. No había tiempo para dedicarle a las aventuras, al pillaje, a la piratería...en fin. Pero un día, se me ocurrió mandar un mensaje en una botella. Un mensaje de auxilio para adecentar el barco y zarpar de nuevo por los siete mares.
Por aquel entonces, la cuenta de
twitter contaba con casi 1000 seguidores, no era plan de dejarlo todo o
siguiendo con el símil marinero, echarlo todo por la borda. El mensaje de la
botella fue recogido por valientes marineros. No dudaron un instante en
alistarse y formar parte de esta tripulación. No me quedan palabras para
agradecer a Johnny, Oriol, Erick y Alex la confianza incondicional que
depositaron en lo que podríamos llamar, la segunda etapa del blog. Las entradas
fueron llegando a buen ritmo. El blog se actualizaba en buena forma. La calidad
de los artículos estaba fuera de toda duda. Teníamos un equipo y el blog
marchaba pasito a pasito, despacio, como debe de ir para perdurar en el tiempo.
En esta segunda etapa fueron
llegando nuevos compañeros que se unieron a la tripulación ondeando con orgullo
la bandera de los videojuegos. Aoken Angel Xupalagamba, Arcangel, Jordidex (que
recientemente abandonó el blog, un saludo si me lees) Ged Joe, Omar, Nero,…
Hubo más compañeros que quisieron
aportar, su visita fue de paso, pero mis agradecimientos son igualmente
efusivos. Gracias a todos y cada uno de los que pasaron por la página y dejaron
su granito de arena. Su trabajo estará presente en las páginas de orgullogamer.
Y desde hace pocos meses, llegó
la tercera etapa del blog. La que catalogo como una de las mejores que he
vivido. Llegaron nuevos compañeros y los pilares de la página se han asentado
de forma firme. Katana, Chuni, Pep y Corthes.
Todos y cada uno de los
componentes de todas y cada una de las etapas, ha forjado lo que es y será
Orgullogamer. Van llegando nuevos compañeros, como Oscar, La señorita
Marramamiaus o nuestra querida IstharVega o nuestros más recientes compañeros de viaje, Carles y Daniel, que van llenando y nutriendo a orgullogamer con nuevos matices,
nuevas secciones y nuevas opiniones. Estamos en continua evolución y el camino
que se presenta en nuestros horizontes es optimista.
Gracias al esfuerzo de todos,
tenemos un blog en plena forma, que ha derivado en otros trabajos que llevamos
con toda la ilusión del mundo. Hemos creado el canal de youtube y un podcast
que lo hemos bautizado como La taberna del Grog. Ilusión y ganas las tenemos al
cien por cien. El tiempo de cada uno de los que formamos parte de todo esto, es
de cada uno y por tanto se hace lo que se puede, o mejor dicho cuándo se puede.
Pero nuestra intención es la de seguir, seguir y seguir hasta que suenen las
trompetas del día del juicio final. En fin y en resumidas cuentas. Que gracias
a todos los que forman la página y a todos los que nos leen.
Y así está mi muchacho. Como ha crecido
en estos últimos cinco años. Me gustaría poder jugar y pasar más tiempo con él,
pero tal y como he dicho, y sin ánimo de repetirme y parecer un pesado o un mártir,
el tiempo es el que hay.
Creo que ya he dado demasiada
chapa a estas cuatros paredes. La jarra está casi vacía. De modo que la dejaré
en el fregadero…tal cual…sin enjuagarla si quiera, de ese modo, tengo una excusa
para volver a la taberna y quién sabe. Quizás pueda levantar el cierre y
esperar a mi compañero Fernando y aguantar su reprimenda por haberlo abandonado
a su suerte.
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